Los famosos bizcochos rellenos de crema Twinkies, más que un emblema de la repostería industrial de Estados Unidos, nos dijeron adiós hace ocho meses, cuando la empresa que los fabricaba, Hostess, se declaró en quiebra. Pero la desaparición de los Twinkies ha sido solo temporal, ya que un fondo de inversión se hizo con la marca, lo que ha propiciado su regreso a las tiendas norteamericanas este lunes.
Los consumidores de este popular pastel, cuya desaparición desató una ola de nostalgia en todo Estados Unidos, están de enhorabuena. Atrás quedaron los numerosos reportajes que se publicaron con motivo de su retirada del mercado y en los que se mostraba, por ejemplo, las numerosas películas en las que aparecía un Twinkie.
Sin embargo, no todo son alegrías. Los nuevos propietarios de los bizcochos con crema de vainilla, el fondo de inversión Apollo Global Management y el inversor Dean Metropoulous, han visto como muchos consumidores han puesto el grito en el cielo con la reducción de tamaño de los Twinkies. Así lo manifestaron algunos fans del popular bollito en las redes sociales. Y no les falta razón, ya que la caja de diez pesa ahora 40 gramos menos que la antigua, aunque los nuevos responsables se defienden diciendo que este cambio de tamaño ya se había producido antes de la quiebra de Hostess.
El gigante de la repostería se declaró en suspensión de pagos en enero de 2012 y, tras unas largas e infructuosas negociaciones con sus sindicatos de panaderos, finalmente decidió echar el cierre y vender sus marcas a Apollo Global y Metropoulous por 410 millones de dólares.
La popularidad del bizcocho se remonta a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en la merienda de los niños estadounidenses. El autor del primer Twinkie fue el panadero James Dewar en los años 30, cuando a la empresa se le acabaron las existencias de fresas para las tartas rellenas que fabricaba.