«La cerveza es una forma artística, un tesoro gastronómico, un acto político, un ritual místico, un oficio fundamental para el hombre y un vínculo capaz de unir a la humanidad…». Con esta idea nació la Fábrica Maravillas, una «micro fábrica artesanal» de cerveza, tal y como se autodefine en su web, ubicada en uno de los barrios madrileños en los que más cerveza corre por sus bares y sus calles, el de Maravillas, concretamente en la calle Valverde 29.

Sus impulsores se animaron a crear este proyecto por creer que faltaba en la capital una «cerveza de calidad», por lo que no se han limitado a crear una y sólo rubia, sino que han diseñado una variada carta de rubias, tostadas y negras, con alcohol desde 6 hasta 11 %, así como una soda de jengibre para quienes no beben alcohol. De esta forma, idearon la cerveza Saison Valverde, que hace honor a la calle en la que se ubica la fábrica y es una rubia «con sabor diferente, refrescante y afrutado», que sus creadores aconsejan para el verano y el resto del año.

Malasaña Ale, con el nombre más popular del barrio en el que se ha creado, se trata de una «rubia ligera y refrescante con matices sutiles de lúpulo», como la definen sus creadores, y Triple Maravillas, también alusión a este castizo barrio madrileño, es «una triple estilo Belga con el toque de FM que le da un punto de originalidad». Entrando en las tostadas, FL(IPA) es una IPA con «un buen equilibrio entre la malta y el lúpulo», como reza su carta de presentación.

Con mucho más cuerpo y sabor afrutado, Cabrona (cuádruple), como sugiere su nombre, «te calentará durante los meses de invierno» y, por último, Imperial Stout, una cerveza «muy maltosa y fuerte con notas de chocolate, caramelo y nuez», según explican sus autores. «Porque contra la cerveza aburrida sólo existe un antídoto: nuestras cervezas artesanales», alardean en su web.

Todas ellas se pueden probar en algún bar del barrio que las tiene en sus barriles o comprándola en algunos de los establecimientos de la zona, pero lo propio es degustarlas en la propia fábrica, a la vez que sus impulsores te explican su método de elaboración y te enseñan la maquinaria donde la hacen artesanalmente.

Concretamente, Brew Pub es el espacio que la Fábrica Maravillas ha habilitado para que los clientes prueben los diferentes tipos de cerveza mientras conocen desde el triturado de la malta hasta el envasado para su última fermentación, ver la sala de cocción y comprender el proceso de fabricación con la cerveza en la mano.

Detrás de este proyecto están, como en los chistes, un francés, Thierry Hascoët; un estadounidense de origen español, David Rodríguez; su pareja, Lavinia Oancea; la interiorista que ha diseñado el local, Tamara Pintado, y su hermana, Estefanía, y Hernando Salazar, quienes esperan producir unos 100.000 litros anuales.