Plantas de tomate modificadas genéticamente producen un péptido que imita las acciones del colesterol bueno cuando se consumen, según una investigación realizada con ratones y hecha pública en las sesiones científicas de este año de la Asociación Americana del Corazón, celebrada a principios de noviembre.
En el estudio, publicado en ‘Journal of the American Heart Association’, los ratones que se comían los tomates liofilizados tenían menos inflamación y la aterosclerosis (la acumulación de placa en las arterias) se reducía. Además, registraron una reducción la inflamación de sus niveles sanguíneos, aumento en sus niveles del colesterol bueno y disminución de su ácido lisofosfatídico (un promotor de tumores que acelera la acumulación de placa en las arterias).
«Hemos encontrado una nueva práctica para hacer un péptido que actúa como la principal proteína en el colesterol bueno, pero es muchas veces más eficaz y se puede administrar a través el consumo de la planta», dijo Alan M. Fogelman, autor principal del estudio y director de la Unidad de Investigación de la aterosclerosis en la Facultad David Geffen de Medicina en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
«Hasta donde sabemos éste es el primer ejemplo de un fármaco con estas propiedades que se han producido en una planta comestible y es biológicamente activa cuando se alimenta sin aislamiento o purificación de la droga», concluye Fogelman.