Uno de los establecimientos con más solera de la hostelería madrileña, el Restaurante Manolo (C/Princesa 83), fundado en 1934, ha decidido iniciar una nueva etapa más volcada en las raciones y el tapeo de calidad, sin olvidar eso sí sus señas de identidad, ancladas en la cocina tradicional española (y particularmente gallega y madrileña).
Sus propietarios, José Ramón Rodríguez (nieto de los fundadores del establecimiento, Manuel Andrés Rodríguez y Josefa Queizán) y su mujer Mari Paz Fernández presentaron ayer su nueva apuesta, caracterizada por las tapas y raciones de calidad.
Así, no faltarán en la nueva carta, en forma de tapeo, platos clásicos del local como la carrillada de ternera, los callos a la madrileña, el cazón en adobo, los riñones al jerez, los calamares en su tinta o las patatas bravas, sin olvidar los famosos ‘manolitos’: tostas de pan y tomate acompañadas de anchoas y jamón. La carta se irá renovando con cada estación del año.
COCINA «SIN TRAMPA NI CARTÓN»
Esta apuesta por las raciones, medias raciones y tapas de Manolo, que ya afrontó reformas en profundidad en 1967 y 1995, es perfectamente compatible con la «fidelidad a la cocina de fogón y cazuela» heredada de sus fundadores, según explica José Ramón Rodríguez.
“Nos esforzamos por mantener un legado. Cocina sin trampa ni cartón frente a la escasamente entendida cocina de vanguardia”, añade el responsable de Manolo, uno de los tres establecimientos de la Comunidad de Madrid que ostenta la Q de calidad del Instituto para la Calidad Turística Española.
En el marco de esta querencia por lo tradicional el restaurante Manolo incorpora el tradicional vermú de grifo a la hora del aperitivo, elaborado artesanalmente por Martínez Lacuesta desde 1937. Asimismo, cobrarán mayor protagonismo las conservas gourmet y las ginebras Premium, según informa el propio establecimiento, que también ha experimentado cambios en el estilo de la decoración.