En pleno casco histórico de Toledo se encuentra Patata y Olé, el primer establecimiento fast food adaptado a la dieta mediterránea, que basa su línea de negocio en la cocina de la patata asada.
El éxito de este nuevo modelo de negocio, dirigido por Teresa Martín, ha sido tal que en su primer año de vida (abrió el pasado mes de junio) ya dispone de cuatro centros franquiciados.
‘Lola’, una patata vestida de flamenca, es el símbolo de este local de comida rápida, que ofrece menús preparados en un momento, jugosos, ligeros, frescos y bajos en calorías a base de patata asada con distinta guarnición.
Según Teresa Martín, directora general de la cadena, la filosofía de Patata y Olé parte de sorprender cada día a los clientes ofreciendo una amplia variedad de platos con carácter. “Nuestra materia prima, la patata, es diferente a la que se puede encontrar en cualquier mercado ya que tiene un tamaño y una forma que destaca por encima de las demás. Además todos nuestros platos están combinados para ofrecer una dieta sana y equilibrada acorde al estilo de vida actual”.
El éxito de la franquicia reside en la capacidad de la franquiciada para adaptarse a la situación actual. En apenas seis meses han recibido más de 500 solicitudes de información para el plan de expansión de 2013.
Entre su carta variada destacan diferentes tipos de menús adaptados a la cocina mediterránea, así como otros específicos para celíacos, para niños pequeños, para vegetarianos. “La patata es un alimento energético muy rico en proteínas y se puede adaptar a todos los públicos”, explica Martín.
Su buena acogida y la posibilidad de generar autoempleo hacen que la compañía crezca a nivel nacional, de manera que para 2013 espera seguir su fase de expansión por todo el país y completar un mínimo de 10 restaurantes.