El restaurante Montes de Galicia ha sufrido una profunda transformación coincidiendo con su mayoría de edad (nació en 1997 en la madrileña calle Azcona, en las «afueras» del barrio de Salamanca), en un intento de acercar la nueva cocina gallega a la capital.
De la mano del chef Josevi Méndez, el establecimiento ha logrado dar un toque moderno y vanguardista a su carta sin perder sus raíces, partiendo siempre de algo imprescindible como es la calidad del producto gallego.
El resultado es un local amplio y luminoso, donde podemos sorprendernos con deliciosos e innovadores entrantes como un cebiche de vieiras con mango y aji; unas croquetas de bacalao sobre cama de espinacas fritas; o un foie al Pedro Ximénez con uvas pasas.
Tampoco faltan, como no podía ser de otra manera, el pulpo a feira (uno de los clásicos del restaurante que no admite «experimentos») o mejillones al albariño con un toque de hierbas. Una delicia que, para mantener su aroma y todo su sabor, se sirve en una bolsa de plástico, que no debe abrirse hasta que nos llevemos los mejillones a la boca.
Las carnes y pescados también son de buena calidad y llevan un toque especial del chef, como los tacos de merluza rebozada en tempura con cerveza de trigo o un salteado de presa de cerdo con mojo rojo, pimientos de Padrón y romero ahumado, recomendables para salirse de las típicas merluza a la gallega o ternera de la tierra.
En definitiva, una experiencia gastronómica de cocina gallega nueva, que conjuga recetas clásicas y modernas. Y lo mejor, con un precio medio razonable, de 35 euros por persona.