La alimentación se sigue llevando un «buen porcentaje» del presupuesto familiar, pero los efectos de la crisis se dejan sentir en el modo de consumir. Así, los hogares españoles han reducido el consumo de pescado fresco y han aumentado «algo» el de congelado y en conserva, mientras sube el porcentaje de dinero destinado a comprar fruta y verdura.
Así lo pone de manifiesto la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) al analizar el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y la nueva ponderación de la cesta de la compra de Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los españoles también intentan ahorrar comprando menos carne, excepto de pollo y preparados como la carne picada o la casquería y pesan también menos en el presupuesto familiar el agua mineral, los zumos o los licores.
Sin embargo, se gasta más en bebidas alcohólicas como la cerveza o el vino, ya que, según explica la OCU, es típico de la economía de crisis que se incremente el consumo de estos productos en hogares, al tiempo que se gasta menos en hostelería (restaurantes, cafeterías y bares).