Investigadores británicos han estudiado por primera vez cómo los distintos tipos de flavonoides, un componente de frutas y vegetales presente también en el chocolate negro y el vino tinto, afectan al riesgo de ictus. Los resultados apuntan a que una clase de flavonoides de los cítricos, las flavanonas, podría reducir el riesgo de ictus, al menos en las mujeres.
“Las investigaciones han mostrado que el consumo elevado de frutas, vegetales y en concreto de vitamina C está asociado con un menor riesgo de ictus”, señala Aedín Cassidy, director del estudio y profesor de nutrición en la Escuela de Medicina de Norwich de la Universidad de East Anglia en Norwich (Reino Unido).
Según explica Cassidy, se cree que los flavonoides proporcionan en parte este efecto protector a través de varios mecanismos, entre ellos un mejor funcionamiento de los vasos sanguíneos y un efecto antiinflamatorio. El trabajo ha sido publicado en la revista ‘Stroke: Journal of the American Heart Association’.
Los investigadores emplearon datos de 14 años de seguimiento procedentes del Estudio de Salud de las Enfermeras, que incluye a 69.622 mujeres que informaban cada cuatro años sobre su consumo de alimentos, incluyendo un informe detallado sobre frutas y vegetales. Los autores examinaron la relación de las seis principales subclases de flavonoides que se consumen en la dieta estadounidense en relación al riesgo de ictus isquémico, hemorrágico y de ambos tipos.
El equipo de Cassidy no descubrió una asociación beneficiosa entre el consumo total de flavonoides y el riesgo de ictus, como así se esperaba, ya que la actividad biológica de las subclases de flavonoides difiere. Sin embargo, los investigadores descubrieron que las mujeres que comen grandes cantidades de flavanonas, un tipo de flavonoides presente en los cítricos, tenían un 19 por ciento menos de riesgo de ictus isquémico, el asociado con los coágulos sanguíneos, en comparación con aquellas mujeres que consumían las cantidades más reducidas.
En el estudio, las flavanonas procedían principalmente de naranjas y zumo de naranja (82 por ciento) y del pomelo y su zumo (14 por ciento). Sin embargo, los investigadores recomiendan el consumo de las frutas enteras en vez de su zumo, o al menos su preparación casera, debido al alto contenido en azúcares de los zumos de fruta que se comercializan.