Foto: La.blasco

Un estudio de la Universidad de San Francisco (Estados Unidos) ha analizado la forma en la que los clientes de un restaurante leen la carta de menú del establecimiento. Las ensaladas y la información del restaurante son las secciones en las que menos tiempo nos detenemos. Pero el trabajo dirigido por Sybil Yang desvela otros interesantes aspectos.

Yang, profesora de Administración Hotelera y Turismo, termina con una de las creencias más antiguas en el negocio de la restauración: que en las cartas de menú existen lo que se denominan puntos ‘dulces’, donde los comensales se detienen más tiempo en su lectura. La investigación se publica en la revista ‘International Journal of Hospitality Management’.

El principal resultado del trabajo es que, por término medio, quien lee un menú lo hace como si estuviera frente a un libro y que su mirada no se detiene de forma destacable en ninguna localización de la carta. Yang insiste en que aunque otros estudios científicos han analizado cómo se lee una página en Internet o un libro de texto, su trabajo es de los pocos dedicados al ámbito de la restauración.

Los investigadores dotaron a los sujetos del estudio con un escáner ocular de retina basado en infrarrojos y les hicieron leer un menú ficticio y elegir una comida completa como si estuvieran en un restaurante de verdad. Yang utilizó vídeo para registrar y analizar los movimientos oculares de los participantes a medida que leían el menú.

La lectura de la carta de izquierda a derecha y hacia la parte inferior en un menú de dos páginas muestra que aunque no existen los denominados puntos ‘dulces’ donde los lectores se detienen más tiempo, sí que se dan puntos ‘amargos’ donde lo hacen menos. Este es el caso de la lista de ensaladas y la información sobre el restaurante.

Según explica Yang sobre sus resultados, “la buena noticia para los restaurantes es que las personas leen de forma detenida los menús y que parecen elegir una entrada y basar la comida en relación a ella”.

Otras investigaciones de Yang se centran en la importancia de la decodificación de los menús, como aquellas opciones de la carta que no suelen elegirse pero que se sitúan en determinados puntos para afectar a otras elecciones.

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