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Acto de inauguración del nuevo Astrid & Gastón

El cocinero peruano Gastón Acurio y su esposa, Astrid Gutsche, han ideado un nuevo proyecto gastronómico que abrirá sus puertas al público en marzo en Lima. Este nuevo concepto, emplazado en la casa-hacienda Moreyra del distrito de San Isidro, consta de seis espacios, de los cuales, tres de ellos son gastronómicos: el restaurante Astrid & Gaston, que servirá un menú degustación; La Barra, cuyo techo está cubierto de plantas de maracuyá, y El Cielo, que contiene varios salones privados.

Al otro lado del recinto, se ubican El Patio, con influencia morisca, donde se impartirán charlas, degustaciones y clases de cocina, y El Edén, un huerto con una mirada hacia la biodiversidadCada uno de los espacios de este proyecto, que ha contado con una inversión de seis millones de dólares, tiene su propia cocina, realizada por CG, la empresa del catalán Joaquín Casademón.

Al acto de presentación acudieron colegas de Acurio, como Joan Roca, de El Celler de Can Roca (tres estrellas Michelín y el mejor restaurante del mundo, según la revista ‘Restaurant’), Ferrán Adrià y Andoni Luis Aduriz, del restaurante Mugaritz (dos estrellas Michelín), así como los mejores cocineros de Lima, como Virgilio Martínez, de Central; Mitsuharo Tsumura, de Maido, Toshiro Konishi, de Toshiro’s, y Rafael Osterling, de Mercado, entre otros.

El equipo de este nuevo concepto de establecimiento lo encabezará Diego Muñoz, que estaba al frente de la cocina de Bilson’s, uno de los restaurantes más famosos de Sidney, y fue nominado como mejor chef del año, cuando Acurio le llamó hace unos meses para ponerse a la cabeza del proyecto de la casa Moreyra. Muñoz estudió en Le Cordon Bleu de Canadá y posteriormente en París, donde obtuvo el Gran Diplome con el primer puesto de su promoción, además de haber pasado por El Bulli y Mugaritz.

El equipo de coordinación de este nuevo local se completa con el mexicano Emilio Macías, al que Acurio conoció en Mugaritz y que ha pasado por el ‘Culinary Institute of America’ de Nueva York, Racó de Can Fabes y Atrio, y el catalán Lluis García, que fue jefe de sala en El Bulli, lugar en el que también trabajó el jefe de sommeliers, Julio Barluenga, recién llegado a Lima.

Los mensajes de Acurio han hecho que hoy día 80.000 jóvenes peruanos estén estudiando cocina. Según un artículo de este cocinero peruano titulado ‘De cocineros a narradores de historias’, antes que cocinar en una sartén, el cocinero del futuro tendrá que soñar con ser de alguna forma intelectual: prepararse en antropología, para entender las distintas culturas del mundo; en sociología, para comprender los procesos sociales que vive; en agricultura, para saber qué sienten aquellos que producen lo que se cocina; en arte, para conocer cómo se atrapa la belleza.

Además, este chef ha impulsado diversos proyectos sociales, como la convocatoria de un premio para apoyar a pequeños agricultores que quieran colocar sus productos en el mercado internacional, así como la llamada ‘Alianza Cocinero Pescador’ para que el producto llegue en condiciones de alta calidad y sostenibilidad directamente a restaurantes que pagarán el precio justo por ellos.

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