Juan Manuel Sánchez Reche, almeriense de 25 años, se ha convertido en el primer ganador de Masterchef España, el talent show de TVE que se ha erigido como la sensación televisiva de la temporada y que logró anoche batir su propio récord de audiencia, con más de 5,5 millones de espectadores y el 33,1% de la cuota de pantalla .
En una vibrante final disputada contra Eva Micaela, Juanma supo convencer al jurado del programa, presidido por el mismísimo Ferran Adrià, gracias a un menú improvisado que combinaba a la perfección tradición (bacalao confitado con base de pil pil de cocochas) y modernidad (tartar de fresones con pétalos de rosa en tempura y carpaccio de vieiras). El magistral uso del pétalo de rosa maravilló al jurado, y en espacial a Adrià: «Es el plato más pretencioso, difícil y complejo», sentenció.
Como ganador, Juan Manuel recibió 100.000 euros y podrá publicar su propio libro de recetas. Además el grupo Bilbao Berria le ha ofrecido un contrato de trabajo para algunos de sus restaurantes y Le Cordon Bleu Madrid,una beca para cursar el programa Le Grand Diplôme.
RÉCORD DE AUDIENCIA
También ganó, y mucho, la cadena pública, que según los datos ofrecidos este miércoles consiguió un nuevo récord de audiencia al congregar a 5.524.000 personas (el 33,1% de cuota de pantalla) frente al televisor para seguir la elección de Juan Manuel como mejor chef amateur de España. El programa logró el ‘minuto de oro’ a las 00.31 horas, con la friolera de 6.629.000 seguidores y un 47,6% de cuota en la proclamación del ganador. En total 10.204.000 espectadores vieron en algún momento la final, que se convirtió en la final más vista de programas de entretenimiento de toda la temporada y llevó a La 1 a liderar la jornada con un 14,1%.
Volviendo a los concursantes, Eva, por su parte, estuvo muy bien en la final, a la que llegó muy justa tras sufrir un percance con la caldereta de pescado (se le quemó un poco) que no le impidió superar a Fabián León, un cocinero enorme pese a su edad (18 años) que seguro que da mucho que hablar en el futuro inmediato. La finalista trató de competir con Juanma con unas ostras con crema de almendras que parecían espectaculares, aunque quizá la carrillera con cuscús que planteó como plato principal no estaba a la altura de una cita de tanto fuste.
El jurado, por su parte, dejó de lado el tono autoritario de los inicios del programa y reconoció el mérito de los jóvenes cocineros. No obstante, Ferran Adrà acaparó, sin poder evitarlo, todo el protagonismo, y sus palabras sonaron a música celestial en los oídos y las mentes de los finalistas. El considerado mejor cocinero español de todos los tiempos no dudó a la hora de reconocer que los platos de Juan Manuel y Eva podrían figurar perfectamente en la carta de cualquier restaurante de alta cocina, pese a haber sido elaborados contrarreloj, y añadió: «Es increíble que cocineros amateurs consigan hacer esto en tres meses».
Asimismo, el gran Adrià quiso regalar a los presentes, y a la audiencia en general, algunas enseñanzas sobre cocina, como que «no se cocina con las manos, sino con el corazón y la cabeza» y que, en definitiva, «lo más importante que hay en la cocina es disfrutar».
La gran final de la pasada noche no ha desmerecido en absoluto a un programa que pese a arrancar con dudas, con discretas cifras de audiencia (11% de share en la primera entrega), se fue afianzando hasta convertirse no sólo en uno de los éxitos más rotundos de TVE en esta temporada y las anteriores, sino también en todo un ejemplo de cómo un talent show puede triunfar sin tener que recurrir necesariamente a la chabacanería y el mal gusto.
LA MIRADA DE PEPE RODRÍGUEZ
Los responsables del formato han sabido despertar como nunca antes (con permiso de Arguiñano y de José Andrés) a ese cocinilla que muchos españoles llevan dentro, y encima han enseñado algunos fundamentos de cocina a la audiencia. Fundamentos de cocina y de psicología casi castrense, porque ha habido momentos en los que algún miembro del jurado como el gran Pepe Rodríguez, sólo con la mirada, intimidaban más a los concursantes (y la audiencia) que el célebre instructor de marines Ronald Lee Ermey en La Chaqueta Metálica. Desde luego es seguro que esas miradas de los jurados a los ojos del interfecto aprendiz de cocinero mientras paladean con parsimonia su plato tendrán un hueco en la historia de televisión.
Aunque también aquí ha habido algún recluta patoso, en general los concursantes han sabido reponder al reto y crear el clima necesario, con la dosis lacrimógena justa, para conseguir un programa dinámico, atractivo, amable e instructivo, que no es poco teniendo en cuenta cómo se las gasta hoy en día la televisión generalista en España.
Con semejantes mimbres, Masterchef, que cerró esta noche su primera etapa con un éxito de audiencia más que seguro, tiene vida para rato, gracias también al apoyo que le han prestado a TVE algunos de los nombres más grandes de la gastronomía española como Ferran Adrià, guinda de un pastel donde no han faltado Arzak, los hermanos Roca, Arola o Subijana, entre otros. Una vez más la alta cocina española ha sabido estar en su lugar y apoyando una iniciativa que, como ninguna otra, ha logrado dar un paso de gigante para la divulgación de la gastronomía.
Felicidades, ¿no?
http://elblogdekufisto.blogspot.com.es/2013/07/yelmo-o-bacia-esa-es-la-que-falta.html
Es un crack y ha demostrado que el esfuerzo tiene su recompensa.
Felicidades, chef. Comeré un día en tu propio restaurante.
Gran programa!
Me recuerda esto a los comienzos de Operación Triunfo que a pesar de popularizar canciones españolas vendiendo sus versiones incluso mas que las originales, los autores y cantantes en vez de apoyar y apoyarse en el programa lo denostaron.
Los cocineros han demostrado más inteligencia y generosidad apoyando el programa y de paso apoyándose ellos – salir en la TV es publicidad – y muy pocos no la necesitan.
Me alegra que ya no guste al público corregir en tono displicente, hay que ser cariñoso para enseñar incluyendo la crítica de los errores.
La idea del programa es magnífica, pero la han pifiado a lo grande en la final. Resultó impresentable el modo en que «colaron» a Eva en la final después de haber quemado el suquet de su caldereta, pretextando su trayectoria en el programa (¿echarle sal a la tarta Tatin, por ejemplo?), por no mencionar que acabó cubierta de manchas y que incluso se cortó un dedo. Al pobre Fabián, que tuvo el mérito de enfrentarse a un plato que jamás había cocinado, de enfrentarse a un tiempo que le vino justísimo y, a pesar de todo, conseguir un resultado más que aceptable, no sabían qué decirle para despacharlo. Durante la cata, sólo hablaron de la forma en que lo había cocinado, pero NI UNO SOLO DE LOS TRES JURADOS se atrevió a decir si la langosta estaba buena o estaba mala. Querían a Eva en la final a cualquier precio, y se les notó demasiado. Ánimo a Fabián. Es INCREÍBLE el talento que tiene este chaval con sólo 18 años. Para mí, el verdadero triunfador del programa.
Fue una gala impresionante, todos los platos espectaculares. Interesante que sea un programa de cocina lo que haga reconquistar a TVE la primacía en audiencia. Espero la segunda edición!
Un tongazo de programa, a lo Gran Hermano. No querian a Jose David de ganador, hicieron una campaña contra el y lo despacharon en la semifinal, cuando cocino mejor que Eva y Fabian. Ayer le hicieron lo mismo a Fabian con Eva. Se han quedado com toda la audiencia cateta de España y han perdido la de los universitarios.
Donde se ponga falsarius que se quiten tos estos cocinicas vanguardista que hacen platos pa ver y oler y llenar el agujero de la muela
Asi se hace marca España.
Asi se hace marca España. Da gusto ver programas donde la chabacaneria no existe y siembargo tienen gran audiencia.
Wow si, es un gran profesional. Realmente muy merecido. Quisiera saber si alguien conoce si dicta algunos cursos o algunas clases de gastronomia. Agradezco a quien responda, saludos!
Gaston
felicidades, que sigas cosechando muchos exitos mas.