La comida rápida y los alimentos procesados siguen teniendo niveles peligrosamente altos de sal, sin grandes cambios, a pesar de numerosas llamadas de las agencias de salud públicas y privadas a la industria alimentaria para que reduzcan voluntariamente los niveles de sodio, según informa un nuevo estudio de la Universidad del Noroeste, en Evanston, Chicago (Estados Unidos), publicado este lunes en ‘JAMA Internal Medicine’.
La investigación, que evaluó el contenido de sodio en los alimentos procesados y seleccionados en restaurantes de comida rápida en 2005, 2008 y 20011, concluye que el contenido de sodio de los alimentos es más alto que nunca.»El estudio demuestra que la industria alimentaria ha hecho muy pocos cambios. Este problema no va a desaparecer a menos que el Gobierno intervenga para proteger al público. La cantidad de sodio en nuestro suministro de alimentos debe ser regulada», afirmó Stephen Havas, autor principal del artículo y profesor de investigación en medicina preventiva en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
A su juicio, el alto contenido de sal en los alimentos beneficia a la industria porque enmascara el sabor de los ingredientes, «que a menudo no son de la mejor calidad», y estimula a las personas beber más refrescos y alcohol. Un estadounidense típico consume un promedio de casi dos cucharaditas al día de sal, mucho más que la cantidad recomendada de tres quintas partes de una cucharilla o no más de 1.500 miligramos, según lo recomendado por la Asociación Americana del Corazón, y alrededor del 80 por ciento del consumo diario de sodio proviene de procesados o en restaurantes y muy poca de la sal que se añade a los alimentos al cocinar.
«La única manera de que la mayoría de las personas cumpla con la recomendación actual de sodio es cocinar desde cero y no utilizar sal», dijo Havas, quien reconoce que esto «no es realista para la mayoría de la gente». Havas señaló que las papilas gustativas se adaptan rápidamente a consumir menos sal, por lo que si el sodio se reduce en un 20 por ciento al año, nadie notaría la diferencia.
El estudio encontró que entre 2005 y 2011, el contenido de sodio en 402 alimentos procesados se redujo en aproximadamente un 3,5 por ciento, mientras que el contenido de sodio en 78 productos de comida rápida aumentó en un 2,6 por ciento. Aunque algunos productos mostraron una disminución de al menos el 30 por ciento, un mayor número de productos mostraron incrementos de al menos un 30 por ciento y el hallazgo predominante fue la ausencia de cambios apreciables o estadísticamente significativos en el contenido de sodio durante seis años.