La consejera Silvia Clemente, durante la presentación / Foto: A. González

Capitaneados por la consejera Silvia Clemente, representantes de todos los eslabones de la cadena productiva del lechazo certificado de Castilla y León se dieron cita este miércoles en Madrid para defender las bondades de carne ya de por sí excelsa, de una terneza, una textura y un sabor sin parangón.

Con motivo de la presentación de la nueva imagen de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lechazo de Castilla y León, amparada a su vez bajo el sello de calidad Tierra de Sabor, el Gobierno regional y los productores defendieron ante los medios especializados la necesidad de que los consumidores, de un vistazo, puedan saber que están comiendo un producto con las máximas garantías de calidad.

Asimismo, el sello Tierra de Sabor, que también engloba a los lechales vendidos bajo la llamada Marca Colectiva, supone para el sector un elemento clave para «dar valor a toda la cadena de producción» dentro de la «estrategia comercial» planteada desde 2009 en torno a este marchamo por la Junta de Castilla y León, según explicó la consejera Clemente ante los periodistas y representantes del sector que abarrotaban el Salón Real del Casino de Madrid.

El sello, según la consejera, ya ha dado buenos resultados. Según sus datos, sólo en 2011 se etiquetaron 2,4 millones de lechazos con el sello Tierra de Sabor, lo que se tradujo en una facturación de 136 millones de euros.

Las ventas despegan

De todos modos, al margen de sellos y vitolas, la hegemonía de Castilla y León en materia de lechazos es indudable, a tenor de sus propias cifras: en la citada comunidad se sacrifican el 79% de todos los lechazos españoles, es decir más de 2,1 millones de animales, de los que 687.000 estaban incluidos en los dos citados marchamos de calidad, la IGP y la Marca Colectiva.

Lenguas de lechazo estofadas con cremoso de queso, Reineta y Piñones

Según la consejera, tras la puesta en marcha de Tierra de Sabor las ventas crecieron en 2010 y 2011 y siguen en ascenso este año, habiéndose registrado un incremento global del 40%. En cuanto al mercado, Madrid y Castilla León acumulan el 70% de las ventas, lo que da idea de la importancia que para los productores tiene el mercado madrileño.

Para acabar de apuntalar las cifras y las estrategias, destacados restauradores castellano-leoneses ofrecieron un almuerzo centrado en el lechazo que, complementando el típico asado, incluía distintas presentaciones modernas de tan exquisito producto, si bien es cierto que con resultado desigual.

Lechazo en canelón, en croqueta, en bombón o en paté, lenguas estofadas de tan cierto animal o manillas con puré de patata panadera son algunos de los platos a degustar por la concurrencia que, en cualquier caso, y pese a tanta modernidad, esperó con ansia al producto estrella: el lechazo asado clásico. Como debe ser.

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