Además de mantenernos despiertos, el café está demostrando en investigaciones científicas cada vez más beneficios para la salud humana, por ejemplo, como ayudante para quemar grasas, reducir el riesgo de diabetes, proteger el hígado y estimular la memoria, entre otras. A esta lista, un nuevo estudio añade un papel de protector contra el melanoma maligno.
En un artículo publicado en ‘JNCI: Journal of the National Cancer Institute’, los autores de la investigación explican que beber café puede estar vinculado con menos riesgo de desarrollar melanoma maligno. En general, el mayor consumo de café se asoció inversamente con el riesgo de melanoma maligno, con un 20 por ciento menos de riesgo para los que tomaban cuatro tazas al día o más.
El trabajo, realizado por la doctora Erikka Loftfield, de la División de Epidemiología y Genética del Cáncer y del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, y sus colegas, también reveló una tendencia hacia una mayor protección conforme se eleva la ingesta, con un creciente efecto de protección desde una taza o menos a cuatro tazas o más.
Sin embargo, el efecto beneficioso detectado fue estadísticamente significativo para el café con cafeína pero no para el descafeinado y sólo en el caso de la proteccion contra el melanoma maligno, pero no contra el melanoma in situ, que puede tener una etiología diferente, según los resultados del análisis, en el que se emplearon datos de 447.357 sujetos blancos no hispanos obtenidos en 1995-96 y seguidos durante diez años.
Todos los individuos incluidos en el análisis estaban libres de cáncer al inicio del estudio y los autores ajustaron los datos por exposición ambiental a la radiación ultravioleta, el índice de masa corporal, edad, sexo, actividad física, consumo de alcohol y el tabaco. Los científicos señalan que los resultados son preliminares y podrían no ser aplicables a otras poblaciones.
Tras reconocer la necesidad de más investigación sobre esta cuestión, estos expertos concluyen que «debido a su alta carga de morbilidad, las modificaciones en el estilo de vida con efectos protectores incluso modestos pueden tener un impacto significativo sobre la morbilidad del melanoma«.