Los ácidos grasos presentes en el pescado están vinculados a un menor riesgo de cáncer de mama. Para lograr esta reducción del peligro de padecer este tipo de tumores, el consumo de pescado azul, como el salmón, el atún o las sardinas, debe ser de entre una a dos porciones por persona a la semana, según los autores de una nueva investigación.
Publicados en ‘British Medical Journal’, los resultados del estudio muestran que cada 0,1 g por día o 0,1 por ciento de la energía diaria incrementada por la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados n-3 (PUFA n-3) derivados del pescado se asoció con una reducción del 5 por ciento en el riesgo de padecer cáncer de mama, uno de los más comunes.
Los PUFA n-3 incluyen ALA, EPA, DPA y DHA, siendo las principales fuentes alimenticias de los tres últimos el pescado azul, mientras que ALA está principalmente en nueces, semillas y vegetales de hoja verde. Los PUFA n-3 marinos se asociaron en esta investigación con una reducción del 14 por ciento de cáncer de mama, registrándose un riesgo menor en las poblaciones asiáticas, posiblemente por su mayor ingesta de pescado que los países occidentales, según los autores.
Un análisis más detallado indicó una respuesta a la dosis: cada 0,1 g por día o 0,1 por ciento de la energía diaria por aumento de la ingesta se asoció con una reducción del 5 por ciento en el riesgo, pero no se encontró asociación protectora significativa de ALA. Los autores concluyen: «Nuestro estudio proporciona evidencia sólida y robusta de que PUFA n-3 marinos se asocian inversamente con el riesgo de cáncer de mama».