Que a los españoles nos gusta comer, está claro. Que nos gusta salir a los bares, también. Que nos gusta quedar con amigos a tomar algo, por supuesto. Esta relación entre la sociología y la hostelería la explicó el sociólogo Amando de Miguel durante el XIV Congreso Nacional de Hostelería que arrancó hoy: «Estamos ante unos negocios (hoteles, bares, restaurantes) que viven de la necesidad de ocio y comunicación del vecindario».

A su juicio, los establecimientos de hostelería siempre serán un lugar de reunión. «Si no fuera por la necesidad de verse no habría tantos bares, cafeterías, restaurantes o equivalentes”, afirmó De Miguel durante su intervención en el congreso, que se celebra desde hoy hasta el miércoles en San Sebastián.

Este catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense destacó en su exposición sobre España, ¿peligra nuestro modelo de socialización en torno a la hostelería? el diferente comportamiento que se produce en los bares y restaurantes de nuestro país con respecto a otros. En su opinión, en España se tiene claro que el hombre no es sólo lo que come, sino «con quién, dónde y cómo come».

Por ello, entiende que habrá que adaptar novedades y modas a las circunstancias económicas, pero pensando siempre que lo que nos diferencia de los anglosajones es que vamos a los locales a ser vistos y a reunirnos con gente. «Podrán cambiar algunas materias, platos, presentaciones o gestión del personal, pero difícilmente cambie la forma de reunirnos en torno a un plato», añadió.

La crisis es, a su entender, la principal causa de estancamiento e incluso declive de clientes en los locales de hostelería, aunque también considera que hay otras como la resistencia a salir de noche por razones de seguridad y la nueva pauta de organizar las reuniones de amigos en casa. Así, llama a la hostelería a agudizar su imaginación.

A lo largo de su presentación, De Miguel hizo también un resumen detallado sobre la historia del sector de la hostelería, base de la economía turística en España, y cómo éste ha sido testigo de un reciente aumento de la calidad, gracias, por ejemplo, a la exigencia de competitividad que ha marcado el auge del turismo extranjero.

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