La limpieza de tablas y utensilios de cocina, importante para evitar intoxicaciones alimentarias / JC Morales
La limpieza de superficies y utensilios, importante para evitar intoxicaciones / JC Morales

 

Las intoxicaciones alimentarias son frecuentes en verano, ya que el calor favorece el crecimiento de organismos patógenos (bacterias) si los alimentos no se encuentran bien conservados.

La mayor parte de estas intoxicaciones se producen en el hogar y en establecimientos de restauración. Solamente en la Comunidad de Madrid, el pasado año se registraron 102 brotes de origen alimentario (46 brotes en domicilios particulares y 34 en bares y restaurantes), que afectaron a un total de 2.928 personas.

La salmonella es la bacteria responsable del 85% de las infecciones alimentarias, pero se puede evitar extremando los hábitos de higiene y manipulado de alimentos.

Tomando como base las recomendaciones de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Actualidad Gastronómica ha elaborado un decálogo de consejos para prevenir intoxicaciones alimentarias:

1. Adquisición segura y responsable de los alimentos. Es necesario comprobar el etiquetado y mirar las fechas de consumo (pese a lo que diga el ministro Arias Cañete), condiciones de conservación y de utilización.

2. Usar aguas tratadas (cloradas), evitando aguas de pozo o manantial de los que no se tenga constancia de su potabilidad.

3. Elegir alimentos en condiciones adecuadas de frescura y alimentos tratados higiénicamente desde su origen.

4. Separar alimentos crudos y cocinados. Se deben separar los alimentos crudos de aquellos ya cocinados y listos para comer, y evitar el contacto entre ellos.

5. No consumir alimentos crudos o insuficientemente cocinados, sobre todo en el caso de huevos, pescados, mariscos y carnes. También hay que procurar que los alimentos que lleven alguno de estos ingredientes (principalmente salsas) tengan una refrigeración adecuada una vez cocinados.

Hay que fijarse bien en el etiquetado de los alimentos antes de comprarlos / JC Morales
Hay que fijarse bien en el etiquetado de los alimentos antes de comprarlos / JC Morales

6. Usar diferentes superficies (como tablas de cortar, bandejas o platos) y distintos utensilios (como cucharones de cocina, cuchillos) para preparar la carne, el pollo, el pescado y otros alimentos crudos. Conviene recordar que se deben conservar los alimentos crudos en recipientes distintos de los cocinados.

7. Cocción adecuada. Una de las principales medidas de prevención para comer seguro es la cocción adecuada de los alimentos, y que ésta alcance como mínimo los 65ºC. En el caso de las carnes, hay que cerciorarse de que el calor llega correctamente al interior de la pieza.

Con respecto a la preparación del pescado marinado o crudo (como boquerones), los técnicos de Salud Pública recuerdan que hay que congelarlo previamente durante al menos dos días y en un frigorífico de al menos tres estrellas para evitar posibles infecciones por la presencia de anisakis (parásito presente en muchos pescados).

Para las hortalizas de consumo en crudo se recomienda sumergirlas en agua durante unos 5 minutos, añadir las gotas de lejía apta para uso alimentario que se indiquen en la etiqueta y aclarar después con abundante agua corriente.

8. Mantener los alimentos a temperatura adecuada. A fin de evitar que los alimentos se consuman en mal estado, es necesario conservarlos a la temperatura adecuada. Una vez cocinados, se dejarán a temperatura ambiente durante un tiempo prudencial (no más de una hora), y si no se van a consumir, hay que introducirlos en el frigorífico.

Pese a la práctica extendida, no se deben descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sino en el frigorífico o siguiendo las instrucciones del fabricante. Una descongelación incorrecta favorece la multiplicación de microorganismos.

9. Mantener la limpieza de superficies y utensilios.  Las prácticas de higiene y manipulado adecuados reducen en gran medida posibles problemas de infecciones.

En este sentido, Sanidad aconseja mantener una limpieza adecuada de todas las superficies de trabajo y útiles empleados para preparar los alimentos. En particular, hay que lavar los utensilios utilizados para preparar los alimentos crudos antes de volver a usarlos.

10. Lavarse las manos a menudo y, especialmente, las personas que elaboran los alimentos (manipuladores), ya que en las manos son un vehículo de transmisión de gérmenes que pueden llegar a los alimentos. La higiene personal es un factor determinante a la hora de evitar la contaminación microbiana y el posterior desarrollo de enfermedades.

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