“No hablamos inglés pero hacemos unas bombas cojonudas”. Así reza un gran letrero tras la barra de La Bombeta (calle Maquinista, 3), un bar que presume de ser “el corazón de La Barceloneta”.
Había que probar las famosas bombas (una masa de patata rellena de carne, enharinada, frita en aceite y cubierta por salsas alioli y brava) para comprobarlo. El camarero nos preguntó si era verdad lo que decía el letrero, y la respuesta no podía ser otra: “No sabemos si habláis inglés” (las bombas estaban cojonudas).
Siguiendo de tapas por Barcelona, otro local curioso nos llamó la atención: Tasca El Corral (calle Mercè, 17), en el barrio Gótico. Un local oscuro, pequeño y original, donde las cabras fuman y llevan gafas.
Regentado por un cántabro, puedes escanciar tu botella de sidra natural asturiana y degustar una ración de cabrales y un chorizo al diablo (flambeado con orujo) a buen precio. Eso sí, el pan te lo cobran aparte, aunque sea para untar el cabrales. También cuentan con leche de pantera rosa, pero no nos atrevimos a probarla.