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Beber con moderación no sólo puede evitar daños para la salud sino que, incluso, puede aportar algún beneficio. El consumo de hasta siete bebidas alcohólicas a la semana a comienzos de la mediana edad está asociado con un 20 por ciento menos de riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca en los hombres de desarrollar en comparación con los que no beben y un 16 por ciento en el caso de las mujeres.

Así lo revela un gran estudio realizado en 15.000 hombres y mujeres de 45 a 64 años y que se publica este martes en ‘European Heart Journal’. Anteriormente, ya existía evidencia de los beneficios de beber cantidades moderadas de alcohol en el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades cardiacas pero no se había investigado su papel en la insuficiencia cardiaca.

La insuficiencia cardiaca es una enfermedad en la que el corazón ya no puede bombear la sangre a todo el cuerpo como lo hacía y la razón más común es que el músculo del corazón está dañado, por ejemplo, por un ataque al corazón. Se trata de un importante problema de salud pública, con más de 23 millones de personas en todo el mundo que viven con esta patología.

La presión arterial alta, la enfermedad del músculo cardiaco (cardiomiopatía), problemas en las válvulas del corazón, un latido cardiaco irregular (arritmia), infecciones virales, el consumo excesivo de alcohol o de drogas recreativas y los efectos secundarios del tratamiento de radioterapia para el cáncer pueden llevar al corazón a desarrollar insuficiencia.

Los investigadores siguieron a los 14.629 participantes, que habían sido reclutados del ‘Atherosclerosis Risk in Communities Study entre 1987 y 1989, durante entre 24 y 25 años hasta finales de 2011, y les preguntaron acerca de su consumo de alcohol al inicio del estudio y en cada una de las tres visitas posteriores realizadas a intervalos de tres años.

Los autores definieron una bebida como una que contiene 14 g de alcohol, lo que equivale aproximadamente a una pequeña copa de vino (125 ml), un poco más de un cuarto de litro o de un tercio de litro de cerveza y menos de un trago de licor como el whisky o vodka. Se dividió a los participantes en seis categorías: abstemios (personas que dijeron no haber bebido nada de alcohol en cada visita), exbebedores, personas que bebían hasta siete bebidas por semana, o entre 7 y 14 bebidas, de 14 a 21 bebidas , o 21 o más bebidas a la semana.

Durante el tiempo de seguimiento, 1.271 hombres y 1.237 mujeres desarrollaron insuficiencia cardiaca, registrándose la menor tasa de paros cardiacos en los que que tomaban hasta siete bebidas por semana y la tasa más alta entre los exbebedores, según las conclusiones del estudio, realizado por Scott Solomon, profesor de Medicina en la Universidad de Harvard y médico jefe del Hospital Brigham y de Mujeres de Boston, en Estados Unido; Alexandra Gonçalves, investigadora del Hospital Brigham y de la Mujer, y sus colegas.

Después de tener en cuenta varios factores que podrían afectar a los resultados, como la edad, la diabetes, la presión arterial alta, los ataques al corazón o enfermedad del corazón, el índice de masa corporal, los niveles de colesterol, la actividad física, la educación y el tabaquismo, los hombres que consumían hasta siete bebidas a la semana presentaban un 20 por ciento menos riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca en comparación con los abstemios, mientras que el riesgo se redujo en un 16 por ciento en las mujeres que bebían lo mismo.

LOS EXBEBEDORES, EL GRUPO DE MÁS RIESGO

Los exbebedores presentaban el mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca, un 19 y un 17 por ciento más de riesgo en los hombres y las mujeres, respectivamente, en comparación con los abstemios. Curiosamente, entre los hombres y las mujeres que consumían la mayor cantidad de alcohol (14 o más bebidas a la semana), el riesgo de insuficiencia cardiaca no fue significativamente diferente en comparación con el riesgo para los abstemios.

Se sabe que beber cantidades excesivas de alcohol durante un largo periodo de tiempo  aumenta el riesgo de cardiomiopatía, pero el número de grandes bebedores en esta investigación fue pequeño, lo que podría haber limitado su poder para detectar una asociación.

No obstante, cuando los investigadores examinaron la muerte por cualquier causa, se produjo un aumento del riesgo de muerte del 47 por ciento para los hombres y del 89 por ciento de las mujeres que informaron haber consumido 21 o más bebidas a la semana al comienzo del estudio.

«Estos hallazgos sugieren que beber alcohol con moderación no contribuye a un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca e, incluso, puede ser protector. Ningún nivel de consumo de alcohol se asoció con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca. Sin embargo, el uso excesivo de alcohol es, sin duda, un factor de riesgo de mortalidad por cualquier causa«, resume el profesor Solomon.

«Las personas que fueron clasificadas como exbebedoras al inicio del análisis tenían un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca y de muerte por cualquier causa en comparación con los abstemios. Esto podría estar relacionado con los motivos por los que habían dejado de beber, por ejemplo, porque ya habían desarrollado problemas de salud que les podrían haber hecho más propensas a pasar a desarrollar insuficiencia cardiaca», plantea.

El efecto protector del consumo moderado de alcohol era más marginal en las mujeres que en los hombres y los autores piensan que esto puede deberse al hecho de que las mujeres metabolizan el alcohol de manera diferente a los hombres y puede afectarles de manera distinta.

La mayoría de los bebedores participantes en este estudio tomaba más de un tipo de bebida alcohólica, lo que supone que los investigadores no pudieron evaluar la función del consumo excesivo de alcohol o cualquier diferencia entre los tipos de bebida.

Comentarios

  1. Si el corazón no es capaz de bombear el suficiente volumen de sangre, aparecen dos tipos de síntomas: los derivados del deficiente aporte de sangre a los tejidos y los secundarios a la sobrecarga retrógrada de líquidos.
    La disnea (dificultad para respirar) es el síntoma más frecuente de la insuficiencia cardíaca y se debe a la acumulación de líquido en el intersticio pulmonar, que dificulta la distensión de los pulmones.
    Por lo que se debe limitar el consumo de alcohol a 10-20 g/día (absoluto si existe miocardiopatía enólica).

    http://www.medicinahogar.com/sintomas-de-la-insuficiencia-cardiaca.php

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