Los sumilleres, junto al presidente de Ribera del Duero.
Los sumilleres, junto al presidente de Ribera del Duero.

La cosecha de 2015 correspondiente a Ribera del Duero es “excelente”. Esta es la opinión unánime de un comité formado por nueve de los mejores sumilleres de España, integrados en restaurantes que suman entre todos 17 Estrellas Michelin, según informa la Denominación de Origen. Esta opinión es el resultado de una cata a ciegas de varios vinos representativos de la región, que puede calificar la añada de cada año como Deficiente, Regular, Buena, Muy Buena o Excelente.

Los participantes en la cata, que tuvo lugar el 4 de abril en Roa, fueron Joan Casajuana y Valentina Litman (Martín Berasategui, 3 estrellas Michelin); José Antonio Navarrete (Quique Dacosta, 3 estrellas Michelin); Alberto Cruz (La Botica de Matapozuelos, 1 estrella Michelin); Diego Muñoz (La Lobita en Navaleno, 1 estrella Michelin); David Robledo (Sanceloni, 2 estrellas Michelin); Rafael Sandobal (Coque, 2 estrellas Michelin); Joan Lluis Gómez (Santa Pau de Carme Ruscalleda, 3 estrellas Michelin) y el campeón de España en sumillería y candidato a mejor sumiller del mundo Guillermo Cruz (Mugaritz, 2 estrellas Michelin).

Durante su estancia en Roa, los expertos en vino llevaron a cabo una cata de diez vinos representativos de la Ribera del Duero, que habían sido previamente seleccionados por el Departamento Técnico, tras sucesivas catas de más de 300 referencias.

«Este año hemos contado con expertos de primer nivel que nos han ayudado en la calificación de nuestra última cosecha. Esta calificación nos anima a seguir trabajando para que nuestros vinos mantengan una gran calidad y se encuentren entre los ofrecidos por los mejores restaurantes de nuestro país y del mundo», señaló Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador.

CARACTERÍSTICAS DE LA COSECHA DE 2015

Según el Consejo Regulador, los vinos de 2015 poseen una impresionante intensidad colorante, gracias a las excepcionales condiciones lumínicas de la maduración, con matices muy violáceos y ribete estrecho. En fase olfativa presentan importantes tonos frutales, especialmente en la gama de los frutos negros, así como algunos tonos minerales y especiados. Por su parte, en la fase gustativa, los vinos se definen por un muy buen equilibrio y un potencial tánico alto, caracterizado por taninos dulces que denotan la buena maduración fenólica de las bayas.

La añada recuerda mucho a la cosecha de 2005, con los toques de equilibrio y fruta propios de la de la vendimia 2011. Estas características permiten que en la actualidad ya se puedan disfrutar unos intensos y expresivos vinos Jóvenes y Rosados, pero hace presagiar que habrá multitud de vinos que tras su paso por barrica expresarán la más alta calidad de la Ribera, obteniendo grandísimos vinos que se podrán disfrutar durante décadas.

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