Moyano, durante la presentación de la campaña "Quien sabe beber sabe vivir".
Moyano, durante la presentación de la campaña «Quien sabe beber sabe vivir».

Los consejos reguladores de las denominaciones de origen, al igual que el resto del sector del vino, llevan tiempo luchando para conseguir un mayor consumo de vino, sobre todo entre los jóvenes y siempre defendiendo una ingesta moderada de este producto. Y es que frente al auge de la cerveza el vino ha ido perdiendo cuota de mercado de forma paulatina pero constante en España, hasta el punto de que el consumo ha caído un 60% desde los 70 litros por persona y año que se contabilizaba en los años 70 del siglo pasado, según estimaciones de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV). «Algo no estaremos haciendo bien», reconoce el presidente de este organismo, Amancio Moyano, que cree que tras esta dinámica negativa existen «muchos factores» pero no una única causa.

Por ello, de cara al año que acaba de comenzar, Moyano considera, tal como indica a Actualidad Gastronómica, que es necesario poner en marcha «una acción promocional conjunta de todo el sector y las distintas administraciones a nivel nacional y regional que dure varios años para conseguir que se incremente el consumo de vino de forma responsable». Tras preguntarse por qué países sin tradición vitivinícola como Holanda presentan tasas de consumo más elevadas, Moyano considera que esa campaña «global» dirigida al consumidor español debería estar abanderada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

El presidente de los consejos reguladores cree que ha llegado el momento de solventar todos los obstáculos que merman el éxito del vino. «No hay que descartar ninguna vía para llegar al consumidor», señala cuando se le pregunta por la posibilidad de rebajar el grado alcohólico para llegar a los jóvenes y competir mejor con la cerveza, algo que ya está ocurriendo con muchos vinos blancos y espumosos pensados para el gran consumo.

Otro aspecto clave, claro, es el precio, no tanto en las grandes superficies o en las vinotecas como en otros establecimientos como bares o restaurantes: «La relación calidad-precio en España es excelente; otra cosa es cuando llegan al consumidor a través de los bares y restaurantes, donde, salvo honrosas excepciones, en muchos casos yo creo que se abusa con el precio del vino», critica Moyano. A su juicio, este es «solo un factor más», pero «supone un perjuicio para todos, primero para el propio vendedor, porque en lugar de vender dos botellas acaba vendiendo solo una, lógicamente para el sector productor, y también para el consumidor».

Para Moyano, ha llegado también el momento de «desmitificar» algunos conceptos que a su juicio pueden estar lastrando el éxito de este producto milenario. «No hay que ser enólogo para disfrutar de una copa de vino. Hay que erradicar eso de decir que no entiendes cuando te ponen una copa de vino porque cuando te ponen un plato de jamón nadie dice que no entiende, se lo come y lo disfruta. Lo mismo hay que hacer con el vino».

Por último, Moyano, que participó recientemente en la presentación de la campaña Quien sabe beber sabe vivir, puesta en marcha por el sector vitivinícola español con la colaboración de la Unión Europea y el Gobierno para promover el consumo responsable de vino, considera que cualquier medida que se tome debe basarse en la defensa de la calidad del producto, la tarea en la que están empeñados los responsables de las denominaciones de origen. «Es vital mantener el nivel de calidad que hemos conseguido en los vinos españoles, tanto en el viñedo como en la elaboración», concluye.

 

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